Corría el año de 1969, y algunos medios de México anunciaban la visita de una de las bandas de Rock más famosas del momento, The Doors.

El plan era que el grupo californiano tocara en La Plaza de Toros para 48 mil espectadores. Sin embargo, lo que pasó fue totalmente diferente y terminarían tocando para los llamados “juniors” de la época.

Jim Morrison y compañía venían de una de las polémicas más grandes de su trayectoria, el llamado, incidente de Miami, en donde el “El Rey Lagarto” fue acusado de comportamiento lascivo y exposición indecente, durante un concierto en el Dinner Key Auditorium.

Sumando a esto, México acababa de atravesar por uno de los momentos más desgarradores de su historia, El movimiento estudiantil del 68, donde cientos de jóvenes fueron acribillados en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco.
Ambos incidentes impidieron que The Doors pudiera presentarse en La Plaza de Toros, ya que el gobierno se negó rotundamente para que el concierto se llevara a acabo en este recinto, al considerar peligroso una concentración masiva de jóvenes, además de la mala reputación que la banda arrastraba por el momento.
No obstante, Mario Olmos, promotor de aquella época, y Javier Castro, del grupo Los Castro, responsables de traer a The Doors, convencieron al representante de la banda de tocar en otro lugar; El Forum, un salón para mil personas propiedad de Javier Castro, que se ubicó en la esquina de Insurgentes Sur y Ameyalco, hoy un restaurante Vips.

Cabe señalar que los organizadores habían prometido al grupo que si se presentaban durante 4 días en el Forum, podrían conseguir el permiso de tocar en La Plaza de Toros. Pero esto no fue más que una estrategia de los promotores para evitar que se perdiera el dinero que habían invertido en el proyecto.
28, 29, 30 de junio y 1 de julio de 1969, fueron las fechas en las que la banda asistió al salón situado en la Colonia del Valle. Sin embargo, lo que sorprendió a The Doors fue el tipo de público para el que tocaban, que se caracterizaba por “vestir camisas desabrochadas hasta la cintura y portar cadenas de oro”, así los describió, el baterista del grupo, John Densmore, en su biografía Jinetes en la Tormenta (Grijalbo) 1990.
“No pude soportar el club de clase alta tipo Las Vegas. El trato era que tocaríamos cuatro noches en aquel asqueroso agujero a cambio de actuar una sola noche en la Plaza de Toros para un gran público a precios accesibles. Debería haber sabido que eso no iba a suceder.
John Densmore, Jinetes en la Tormenta (Grijalbo) 1990.

Asimismo, el escritor Juan Villoro, plasmaría posteriormente su opinión sobre The Doors y su visita a México, explicando que las personas que presenciaron los conciertos podrían darse el lujo de tomar martinis.