Aquel 10 de mayo del lejano año de 2012, el fabuloso Paul McCartney nos regaló una de las mejores noches llenas de nostalgia y buena música, ante más de de 200.000 personas, que celebraron juntos: ¡El día de las madres!

 

Con un concierto que con ansias se esperaba en el Zócalo, “Macca” emocionó a la multitud con su música, gritos de “¡Viva México!” y una bandera mexicana que ondeó en el escenario que se paró con mariachis.

La noche de ese jueves, McCartney habló en español y celebró el Día de las Madres como si fuera un mexicano más, diciendo: ¡Viva México cabrones!

Una mezcla de generaciones y varias “mamacitas”, como las llamó el músico británico, escucharon canciones que fueron éxitos “hace mucho, mucho tiempo”, tal como se escucha en una canción de Paul.

Pasadas las 20:00 horas, el Zócalo había superado el número esperado de asistentes (80,000) con casi 100,000 personas.

Minutos después de la hora programada para el inicio del evento (21:00), McCartney, vestido con un saco rojo, saltó al escenario para comenzar la histórica velada con: “Hello, Goodbye”, mientras el público saludaba con sus manos al británico.

 

“Estamos muy contentos de estar aquí en el Día de las Madres”, dijo Paul en español; después, puso a bailar a los presentes con “All My Loving” y tras interpretar “Hope Of Deliverance”, remató con un: “Thank you mamacitas”.

 

McCartney expresó su sorpresa por la cantidad de gente que llenó el Zócalo y hasta pidió un tiempo para disfrutar de la imagen.

 

 

“Esto es genial, es un gran día”, dijo.

“Amamos cómo prenden los encendedores. Háganlo para recordarlo cada noche”.

 

Después, Paul desató la emoción del público con un “¡Viva México, cabrones!”, tras lo cual se comenzó a escuchar el “oe, oe, oe, sir Paul, sir Paul”, mientras algunos le dedicaban Cielito Lindo y pedían a gritos que el ex-Beatle fuera presidente de México.

La fiesta se tornó más mexicana cuando el mariachi Gama Mil salió al escenario para acompañar a los músicos de McCartney con la interpretación del clásico “Ob-La-Di, Ob-La-Da”.

El punto final del concierto fue el lanzamiento de pirotecnia cuando Paul comenzó a tocar “Live & Let Die”.
Más tarde, como ha sido usual en sus giras en los últimos años, McCartney interpretó el tema de su “hermanito”, George Harrison, “Something”; “A Day In The Life”, de John Lennon, y “Give Peace A Chance”, cantada por los miles de personas, mientras hacían la señal de la paz.

Y para rematar, no podía ser otra canción que la icónica: “Golden Slumbers”, “Carry That Weight” y “The End”.

 

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