En 1978, Queen grabó su polémico video para la canción “Bicycle Race”. En él, 65 modelos femeninas completamente desnudas pedalean en el Wimbledon Greyhound de Londres, un estadio de carreras de galgos.
La empresa que arrendó las bicicletas se enteró del particular uso de los vehículos y exigió que la banda pagara el reemplazo de todos los asientos a la hora de devolverlas.
La inspiración de Freddie Mercury, autor de la canción, vino del Tour de France, pues el grupo estaba grabando su nuevo disco en Francia.
La emocionante experiencia impactó de tal gado a Mercury, que nada más llegar al hotel se puso a escribir las primeras líneas de Bicycle Race en uno de esos arrebatos de incontinencia creativa que a veces sobresaltan a los genios.
De su pluma empezaron a brotar toda una serie de referencias a la iconografía pop de la época (Star Wars, Superman, Frankenstein, la cocaína o John Wayne), intercaladas con referencias al momento político (Vietnam o Watergate) o, incluso, a la religión. Todo, enmarcado en una oda al sencillo placer de montar en bicicleta para olvidarse de los problemas.