Freddie Mercury, el inolvidable líder de Queen, no solo dejó un legado musical lleno de himnos universales, sino también piezas profundamente personales que revelan su alma. Entre estas destaca “It’s a Hard Life”, una balada que, aunque menos conocida, ha sido considerada por Brian May como una de las canciones más hermosas jamás escritas por Mercury.
Lanzada en 1984 como parte del álbum The Works, esta canción se erige como un testimonio del talento poético y musical de Freddie. Su creación nació en un momento de intensas emociones personales y artísticas, convirtiéndola en una ventana a los sentimientos más profundos del cantante.
“It’s a Hard Life”: La joya emocional de Freddie Mercury que Brian May considera su obra maestra

En palabras de Brian May, “It’s a Hard Life” es una pieza profundamente reveladora, una confesión hecha música. Escrita durante un periodo de turbulencias emocionales, la canción explora los altibajos del amor con una sinceridad desgarradora. Versos como “I don’t want my freedom / There’s no reason for living with a broken heart” reflejan el dolor y la vulnerabilidad que Mercury volcó en esta obra.
Musicalmente, la canción es una fusión del estilo característico de Queen con influencias de música clásica. La introducción al piano, interpretada por el propio Mercury, establece un tono melancólico que evoluciona hacia una majestuosidad teatral, enriquecida por los solos de guitarra de May y las icónicas armonías vocales de la banda.
El video musical de “It’s a Hard Life”, grabado en Múnich, Alemania, refleja la extravagancia teatral que siempre caracterizó a Freddie Mercury. Aunque algunos críticos lo consideraron excesivo, el videoclip captura perfectamente el dramatismo emocional de la canción, convirtiéndose en una pieza complementaria para entender la profundidad de su mensaje.

Para Brian May, esta balada no es solo un logro musical, sino una obra maestra que ofrece una mirada íntima a las complejidades de las relaciones humanas y al corazón de Mercury. “Es algo muy revelador sobre cómo son las relaciones, y él estaba hablando de su relación”, comentó el guitarrista.
Esta canción no solo es un recordatorio del genio de Freddie Mercury, sino también una invitación a reflexionar sobre el poder transformador de la música. En su vulnerabilidad, Mercury nos deja un legado eterno que conecta corazones, sin importar el tiempo o el lugar.
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