En julio de 1964, The Beatles lanzaron su tercer álbum de estudio, A Hard Day’s Night, un disco que consolidó su estatus como la banda más importante del momento. Entre sus icónicas canciones se encuentra I’m Happy Just to Dance With You, un tema con una particularidad: aunque fue escrito por John Lennon y Paul McCartney, la voz principal fue asignada a George Harrison.
En esa época, Lennon y McCartney dominaban la composición y la interpretación dentro de la banda, pero ocasionalmente le cedían espacio a Harrison en el micrófono. Para la película A Hard Day’s Night, decidieron escribirle una canción que se adaptara a su estilo, lo que dio como resultado I’m Happy Just to Dance With You.
La canción que Lennon y McCartney escribieron para George Harrison y que se convirtió en un clásico de The Beatles.

Paul McCartney explicó en el libro Many Years from Now que la canción fue creada específicamente para Harrison. “Era una especie de canción de fórmula. En realidad, no hubiéramos querido cantarla nosotros, pero era buena para la época”, comentó el bajista, destacando que la intención era darle más protagonismo al guitarrista.
En una entrevista de 1980 con David Sheff, John Lennon también habló sobre el tema y su propósito dentro del disco: “Fue escrita para George, para darle un poco de acción”. En ese momento, Harrison aún no se había afianzado como compositor dentro de la banda, y la mayoría de sus interpretaciones eran contribuciones de sus compañeros.
Sin embargo, con el paso del tiempo, la historia cambió. George Harrison no solo se consolidó como un excelente guitarrista, sino que también compuso algunas de las canciones más emblemáticas de The Beatles, como Something, Here Comes the Sun y While My Guitar Gently Weeps.

Aunque I’m Happy Just to Dance With You no es la canción más recordada de The Beatles, sí representa un momento clave en la evolución artística de Harrison. Fue una de sus primeras oportunidades para brillar como vocalista, un papel que más adelante desarrollaría con maestría en la banda y en su carrera solista.
El tiempo demostró que Harrison tenía mucho más que ofrecer. Su legado musical sigue vivo, y este pequeño gesto de Lennon y McCartney en 1964 fue solo el inicio de una carrera legendaria.
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