Los grandes robos de la historia de la música: reliquias que desaparecieron por décadas
Una guitarra puede decir más que mil palabras, sobre todo si alguna vez fue tocada por una leyenda del rock. En la historia de la música, algunos instrumentos han desaparecido misteriosamente y otros han sido robados por fanáticos o coleccionistas clandestinos. Estos objetos, que van desde una baqueta hasta una Gibson Les Paul, se transforman en piezas históricas codiciadas por su valor emocional y económico.
Los grandes robos de la historia de la música: BB King, Clapton y Harrison también fueron víctimas

Uno de los casos más recientes fue el bajo Höfner 500/1 de Paul McCartney, robado en 1972 y recuperado en 2024 gracias a una campaña masiva. El instrumento acompañó a The Beatles en grabaciones icónicas como “Love Me Do” y “Twist and Shout”, y permaneció oculto durante más de 50 años en un ático de East Sussex. McCartney lo recibió de vuelta agradecido y emocionado.
BB King también vivió un episodio similar con “Lucille”, su adorada guitarra Gibson. Fue robada y posteriormente comprada por accidente por un músico que, al conocer la historia, se la devolvió al rey del blues. Lucille fue subastada por 280 mil dólares tras su muerte, pero su valor simbólico sigue siendo incalculable.

Por su parte, Eric Clapton jamás pudo reencontrarse con su guitarra “Beano”, usada en el legendario Blues Breakers (1966). Se cree que está en una colección privada de Estados Unidos, y aunque fanáticos han iniciado campañas para recuperarla, el misterio continúa. George Harrison, en tanto, perdió dos guitarras fundamentales en su carrera: una Rickenbacker y la famosa Les Paul “Lucy”, que logró recuperar gracias a un curioso intercambio con un músico mexicano.
No solo el rock ha sido víctima de estos delitos. En 2022, la banda Stooges Brass Band de New Orleans perdió todo su equipo días antes del Festival de Jazz. Les sustrajeron instrumentos y amplificadores valuados en 12 mil dólares. Aunque lograron reprogramar su show, el impacto fue enorme.
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Estos robos nos recuerdan que los instrumentos musicales son más que simples objetos: son vehículos de historia, emoción y cultura. Detrás de cada guitarra perdida, hay una canción que pudo no haberse tocado. Y detrás de cada reencuentro, hay una historia de amor por la música que se niega a apagarse.
En resumen:
- Paul recuperó su bajo Höfner.
- BB King recibió a Lucille de vuelta.
- Clapton nunca halló su Beano.
- Robaron equipo de banda jazz.
- George perdió dos guitarras.
- Fanáticos y coleccionistas al acecho.