El año 1973 se perfilaba como un gran año para Jim Croce. Había captado gran atención con canciones utilizadas en películas y televisión (incluyendo The Last American Hero), consiguió un par de álbumes de folk-rock en las listas de éxitos pop (You Don’t Mess Around With Jim y Life and Times ), y había anotó su primer gran éxito número uno (“Bad, Bad Leroy Brown”).
En medio de su éxito, Croce estaba empezando a agotarse. Una extensa gira obtuvo excelentes críticas por todo Estados Unidos y Europa, pero también le impidió pasar tiempo con su esposa, Ingrid, y su hijo de dos años, Adrian.
En medio de una gira para promocionar Life and Times, Croce también estaba grabando su próximo álbum, I Got a Name, que se lanzará a finales de año. Croce concluyó las sesiones de grabación y se acercaba al final de su gira cuando ocurrió la tragedia el 20 de septiembre de 1973.
Después de un concierto en la Universidad Estatal Northwestern en Natchitoches, Luisiana, Croce abordó un pequeño avión fletado para viajar a su próximo espectáculo en Sherman, Texas. Lamentablemente, el avión nunca pasó mucho de la pista.
En lo que más tarde se describió como un error del piloto, el Beechcraft E18S no logró pasar un árbol mientras despegaba y se estrelló. Las seis personas a bordo murieron, entre ellas Croce, su guitarrista Maury Muehleisen, el comediante George Stevens, el manager/agente de reservas Kenneth D. Cortose, el road manager Dennis Rast y el piloto Robert N. Elliott.
Una semana después de su muerte, la viuda de Croce, Ingrid, recibió una carta que él envió por correo mientras estaba de gira. En él, un cansado Croce expresa su deseo de dejar el negocio de la música y dedicarse a otras actividades, incluidos guiones de películas e historias cortas que no lo alejarían tanto de su familia.
Croce escribió:
“Recuerden, lo que cuenta son los primeros 60 años y me quedan 30. Te amo.”