
“El frío afuera era penetrante, pero la calefacción en los interiores era insoportable si estabas dando un show de rock”.
Brian Johnson comentó que a uno de los conciertos asistió su hermano, quien recién había comprado un nuevo auto y que había recibido una gorra clásica de conductor de auto deportivo.
Mientras Brian estaba en el escenario, el sudor provocado por el intenso calor empezó a llegar a sus sus ojos y dificultar su vista. Para solucionar el problema, hermano se acercó y le mencionó que sus ojos estaban rojos. Al contestar que se debía al sudor, el hermano le puso la gorra para solucionar el problema.
Y vaya que funcionó de maravilla, ya que no solo funcionó como protector para el sudor sino también como una manera de llegar a su público a través de la identificación. Con su uso prolongado, la boina se convirtió en una marca registrada de AC/DC.