La icónica discografía de Pink Floyd ha dado al mundo algunos de los momentos más memorables de la música, pero para David Gilmour, hay una canción que brilla especialmente en el escenario: “Echoes”. En una entrevista reciente, el legendario guitarrista confesó que este tema del álbum Meddle (1971) es su favorito para tocar en vivo, describiéndolo como una experiencia “muy divertida” y profundamente significativa.

Gilmour destacó que “Echoes” siempre tuvo una magia especial, en gran parte gracias a su colaboración con el tecladista y cofundador de Pink Floyd, Rick Wright. “Siempre veo esa canción como un dúo entre Wright y yo. Fue fantástico interpretarla juntos”, comentó el músico. La pieza, que originalmente dura más de 23 minutos, permitió a ambos artistas explorar su conexión musical de forma única y profunda.

David Gilmour comparte por qué “Echoes” es su favorita para interpretar en directo

Tras el fallecimiento de Rick Wright en 2008, Gilmour decidió retirar “Echoes” de sus setlists en vivo. “No podría ni debería volver a tocarse ahora que está muerto”, afirmó el guitarrista. Este gesto demuestra el profundo respeto y afecto que Gilmour siente por su amigo y compañero de banda, para quien esta canción era una pieza esencial de su legado musical.

Lanzada como parte del álbum Meddle, “Echoes” marcó un antes y un después en la evolución musical de Pink Floyd. Con su extensa duración y su estructura experimental, esta canción abrió el camino para obras posteriores como Dark Side of the Moon y Wish You Were Here. Para Gilmour, interpretar este tema en vivo era mucho más que una actuación: era una conexión directa con la esencia de Pink Floyd.

La última vez que Gilmour interpretó “Echoes” fue en su gira en solitario de 2006, donde Rick Wright lo acompañó en el teclado. Esta serie de conciertos se convirtió en una especie de despedida no solo para los fans, sino también para la colaboración artística entre ambos músicos.

Aunque Gilmour continúa explorando su carrera en solitario, “Echoes” permanece como un recordatorio imborrable del impacto de Pink Floyd en la música. Su decisión de no volver a tocarla en vivo es un testimonio de la importancia de Wright y de la conexión única que compartieron en el escenario.

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