Live 8: un grito musical contra la pobreza global
Hace exactamente 20 años, el mundo vivió una de las jornadas más ambiciosas e impactantes de la historia musical contemporánea. El 2 de julio de 2005, más de mil artistas se reunieron en diez ciudades de diferentes continentes bajo una sola bandera: exigir justicia social. El evento se llamó Live 8, y fue una protesta global disfrazada de concierto masivo, con un mensaje claro: no querían caridad, querían acciones políticas concretas contra la pobreza extrema.
El histórico reencuentro de Pink Floyd en Live 8

Organizado por el músico y activista Bob Geldof, el festival surgió como una evolución del emblemático Live Aid de 1985. Sin embargo, a diferencia de su antecesor, esta vez no se pedían donativos, sino decisiones políticas reales. Y aunque parecía una utopía reunir a tantos artistas, medios y audiencias en un mismo objetivo, sucedió. Y fue inolvidable.
La apertura en Londres fue monumental: Paul McCartney y U2 encendieron Hyde Park con una versión poderosa de Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band. En ese mismo escenario desfilaron Madonna, Coldplay, Elton John, REM, Robbie Williams y George Michael. Mientras tanto, otras ciudades como Berlín, Roma, Moscú, París y Filadelfia se unían con actuaciones simultáneas, transmitidas por más de 200 cadenas de televisión y 2 mil emisoras de radio.
Uno de los momentos más legendarios ocurrió en Filadelfia: la reunión de la formación clásica de Pink Floyd —Gilmour, Waters, Mason y Wright—, que tocaron juntos por última vez antes del fallecimiento de Wright en 2008. Su breve pero intensa presentación sigue siendo una referencia emocional para millones de fans en todo el mundo.
Más allá del espectáculo, Live 8 logró lo impensable: días después del evento, los líderes del G8 —reunidos en Escocia— se comprometieron a duplicar la ayuda para países en desarrollo, especialmente en África. El monto se elevó de 25 mil millones a 50 mil millones de dólares en cinco años. Aunque no todas las promesas se cumplieron, el mensaje fue contundente: la música puede presionar, inspirar y transformar.
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“Este no es un concierto, es una protesta”, dijo Bob Geldof en Hyde Park. Dos décadas después, su frase aún tiene eco. En un mundo donde las causas sociales se difunden más rápido que nunca, Live 8 se mantiene como un ejemplo de cómo la cultura puede sacudir conciencias, unir voces y exigir justicia. Fue mucho más que una serie de conciertos; fue un llamado global a la acción… y al corazón.
En resumen:
- Live 8 se realizó el 2 de julio de 2005
- Más de 1,000 artistas en 10 ciudades
- Protestaron contra la pobreza global
- Pink Floyd se reunió por última vez
- El G8 duplicó ayuda a África
- Fue protesta, no concierto ordinario