El tecladista de Depeche Mode, Andrew ‘Fletch’ Fletcher, murió el pasado mayo debido a una disección aórtica. Las disecciones aórticas son relativamente infrecuentes en comparación con otras enfermedades cardiovasculares, como los infartos, pero sus consecuencias son a menudo muy negativas.
La aorta es la principal arteria del cuerpo. Lleva sangre rica en oxígeno y nutrientes desde el corazón al resto del cuerpo, proporcionando a nuestros tejidos todo lo que necesitan para funcionar correctamente. Una disección aórtica es un desgarro del revestimiento más interno de la aorta. El revestimiento interior es una capa única de células altamente especializadas llamadas células endoteliales, que garantizan que la sangre se mantenga en su forma líquida mientras fluye por los vasos sanguíneos del cuerpo.
Cuando se produce un daño en la capa endotelial, la sangre a alta presión atraviesa la capa íntima y se introduce en la siguiente capa, la media, diseccionando literalmente un camino hacia las capas externas de la aorta. Si no se diagnostica y se trata, esto puede provocar un fallo completo de la pared de la aorta y la salida de la sangre del vaso hacia las estructuras y tejidos vecinos. Esto estira la aorta y cambia su función biomecánica, lo que puede contribuir aún más al proceso de la enfermedad.
El desvío de la sangre hacia el desgarro puede dificultar el flujo de los órganos situados a continuación, impidiendo en algunos casos el suministro a algunos de ellos. El desgarro también modifica el flujo de sangre a través del vaso, lo que puede causar más daños a las células especializadas del revestimiento endotelial.
Las disecciones aórticas afectan a aproximadamente tres o cuatro personas de cada 100 000. Y son dos veces más frecuentes en la parte ascendente de la aorta en comparación con la parte descendente.