Un concierto histórico de Pink Floyd se convirtió en una redada policial sin precedentes
En abril de 1975, Los Ángeles vivió una de las semanas más intensas en la historia del rock. Pink Floyd ofrecía una serie de cinco conciertos en el Sports Arena, mientras promocionaba su próximo disco Wish You Were Here. Pero lo que prometía ser una celebración musical para miles de fans terminó en una verdadera cacería encabezada por el entonces jefe del Departamento de Policía de Los Ángeles, Edward M. Davis, conocido por su odio público hacia la música rock y su comunidad.
Pink Floyd y la represión policial: el operativo más radical de la época

Davis, quien se autodenominaba “el jefe de policía más cruel de Estados Unidos”, ejecutó un operativo policial sin precedentes contra los asistentes a los conciertos. En apenas cinco noches, fueron arrestadas 511 personas, la mayoría por posesión simple de marihuana. Esta acción fue ampliamente criticada por los medios, promotores y ciudadanos, quienes calificaron las medidas como una forma de represión cultural disfrazada de ley.
Las redadas fueron ejecutadas por más de 75 oficiales (algunos encubiertos) que se infiltraron entre los fans. Las noches del 23 y 24 de abril fueron las más intensas: 88 y 134 personas fueron detenidas respectivamente. El operativo no solo fue desmedido, sino que estuvo cargado de declaraciones incendiarias por parte de Davis, quien llegó a decir en público que en el Sports Arena se vivía un “festival de drogas”.
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La Comisión de Policía, los promotores del evento y el propio Los Angeles Times pusieron en duda la necesidad del operativo, destacando que el ambiente fue mayormente pacífico. En el fondo, todo parecía ser parte de una política encubierta para desalentar los conciertos de rock en la ciudad, una cruzada personal del jefe Davis que ya llevaba años en marcha.
El costo del operativo fue desproporcionado: más de 35 mil dólares en salarios y horas extra, y apenas seis casos llegaron a juicio, ninguno con sentencia condenatoria. La presión mediática y política llevó a que, para los conciertos posteriores en la ciudad, como el de Elton John ese mismo año, la policía adoptara una postura mucho más flexible.
A pesar del impacto negativo, los conciertos de Pink Floyd de 1975 marcaron un parteaguas. No solo revelaron el doble rasero de las autoridades, sino que también impulsaron una discusión pública sobre el uso de recursos policiales y la criminalización de los fans del rock. Con el paso de los años, las estrategias de seguridad en eventos masivos cambiaron, y la música se impuso sobre la intolerancia.
Edward M. Davis, con todo su poder, no pudo frenar el legado de una banda como Pink Floyd, que sin quererlo, protagonizó una de las batallas culturales más significativas de su tiempo.
En resumen:
- Pink Floyd ofreció 5 conciertos en L.A. en 1975
- El jefe Davis detestaba el rock y a sus fans
- Hubo 511 arrestos por posesión y otras faltas
- La prensa acusó represión policial desmedida
- Solo 6 casos llegaron a juicio sin culpables
- Davis cedió y cambió las reglas para conciertos